Las prestaciones sociales entendidas como el conjunto de acciones, medidas y ayudas económicas que, como forma de protección singular, se ofrecen a las personas o grupos en los que éstas se integran para alcanzar, restablecer o mejorar su bienestar.

En el marco de los Servicios Sociales municipales, se conciben las prestaciones, además, como un instrumento más del proceso de intervención profesional que se concreta en un programa de actuación entre las personas o familias y el el/la Trabajadora Social.

Este programa es resultado de un diagnóstico realizado por los profesionales del servicio, cuyo objetivo, una vez identificada la necesidad, es la superación de las dificultades económicas o de otro tipo por las que atraviesa la persona o familia.

Cuando en el proceso de intervención se estima la necesidad de conceder alguna de las prestaciones, el profesional de referencia es la trabajadora social, que mediante el Informe Social determina el tipo de ayuda más idóneo en cada caso, e igualmente se responsabiliza del seguimiento y justificación de las mismas, basadas en los compromisos y acciones establecidos por escrito, entre la persona y el/la Trabajador Social, y que se revisarán durante el tiempo de duración de la ayuda y que garantizará que las prestaciones concedidas cumplan el objetivo propuesto.