Se ha
clausurado el programa de Aprendizaje y Servicio denominado “Uso
racional de preparados a base de plantas medicinales en patologías que afectan
a la mujer”, que tenía como objetivo ofrecer información y
asesoramiento a mujeres de Coslada mayores de 60 años sobre el consumo de
preparados a base de plantas medicinales.
Al acto de clausura asistió la
concejala de Igualdad, Teresa González Ausín y por la Universidad
Complutense de Madrid, la Coordinadora del Proyecto Patricia Prieto
Chinchilla y la docente Irene Cuadrado Berrocal.
En este APS han participado 12
alumnas y alumnos de 4º grado de Farmacia y 18 mujeres de Coslada. La
iniciativa es conjunta del Área de Juventud y la Concejalía de Igualdad del
Ayuntamiento de Coslada con la Universidad Complutense de Madrid.
Objetivo
Este proyecto trata de reforzar el aprendizaje
en Farmacognosia y Fitoterapia con el fin de desarrollar en los futuros
profesionales farmacéuticos habilidades en cuanto a la relación con los
pacientes, despertando en ellos su vocación de servicio a la sociedad.
El uso de productos a base de
plantas medicinales ha crecido enormemente en nuestro país en los últimos años,
siendo las mujeres las principales consumidoras. Basándose en el análisis de
las necesidades de un determinado grupo mujeres en cuanto al conocimiento y utilización
responsable de la fitoterapia, el alumnado ha profundizado en el conocimiento
de las plantas de mayor demanda.
Se trata de informar sobre el
correcto uso de productos fitoterapéuticos en las patologías de interés que
afectan a mujeres, de forma que se consiga mejorar el cumplimiento
terapéutico y, con ello, la efectividad y seguridad en su utilización.
Necesidad
social
Las mujeres sufren una serie de
patologías más o menos crónicas y/o particulares a lo largo de las distintas
etapas de la vida, muchas de ellas asociadas a trastornos hormonales, sobre
todo, en la fase del climaterio. Entre las patologías que más afectan al sexo
femenino se encuentran algunas de elevada morbi-mortalidad como el cáncer, las
alteraciones cardiovasculares o la depresión, que son abordadas mediante
tratamientos médico-farmacológicos debido a su elevado impacto en la salud de
las afectadas.
Sin embargo, es importante tener en
cuenta otras patologías que también afectan en gran medida a este colectivo y
que, aunque con menor gravedad, también empeoran su calidad de vida. En muchos
casos, las pacientes no buscan ayuda médica para solucionar el problema, sino
que se habitúan a convivir con los síntomas o buscan tratamientos que puedan
adquirir sin supervisión médica.
En estos casos existe una elevada
demanda de productos a base de plantas medicinales, cuyo uso se asocia
mayoritariamente a costumbres tradicionales o al tan extendido “boca a boca”.
Aunque las últimas encuestas sobre el uso de fitoterapia en España son de hace
algunos años, los datos del mercado no han cambiado mucho y demuestran que la
adquisición de los productos a base de plantas medicinales tiene lugar en la
oficina de farmacia, aunque también en un elevado porcentaje en otros
establecimientos como herbolarios o supermercados, en los que además de no
existir un profesional sanitario al frente como es el farmacéutico, no se
garantiza, en muchos casos, la calidad del producto.
Es evidente que muchas consumidoras,
si no reciben un consejo profesional adecuado, no saben interpretar el
etiquetado y se guían por las indicaciones generales reflejadas en la
publicidad del producto. Esto puede suponer, por un lado, que los productos no
ejerzan el efecto deseado (en muchos casos por no contener los principios activos
en la cantidad necesaria o de adecuada calidad) o, en el peor de los casos, que
puedan causar efectos adversos o surgir interacciones con su medicación
habitual.
El colectivo de mujeres que suele
participar en asociaciones son, por lo general, mayores de 60 años y con
patologías crónicas (hipertensión, obesidad, diabetes, osteoporosis o síntomas
de la menopausia). Son ellas, además, las que suelen adquirir productos de
fitoterapia ya sea en oficina de farmacia o en otros establecimientos,
tanto para consumo propio como para sus familiares, por lo que resultan un
colectivo de gran interés para los estudios de utilización de este tipo de
productos.
El proyecto APS que se ha
desarrollado en Coslada, ofrece un claro servicio a la sociedad, representada
por un colectivo de mujeres de mediana edad, que permite a los estudiantes
vincularse a las necesidades sociales de su entorno como futuros profesionales
de la salud. La realización del proyecto les permite hacer un enfoque transversal
de los conocimientos adquiridos en su formación, acercándose a su
importante papel dentro de la escala biosanitaria de atención al ciudadano.
Por todo ello, el presente proyecto
engloba un papel social-comunitario de formación con un enriquecimiento y
mejora de la formación de los estudiantes del Grado en Farmacia y del Doble
Grado en Farmacia y Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Complutense
de Madrid.