Como reconocimiento a una gran autora de la Generación del 27 y olvidada durante setenta años
La escritora Luisa Carnés pasa a formar parte de la ciudad de Coslada dando nombre a la Biblioteca Central. Así, el municipio se convierte en pionero en homenajear a esta brillante escritora, tal y como ha reconocido su familia en redes sociales a través de un perfil sobre su figura.
El cambio de nombre se aprobó en el último Pleno Municipal, a propuesta del Consejo de las Mujeres de Coslada, después de que el mismo votara entre varios nombres aportados por las trece entidades que componen el Consejo.
La propuesta se aprobó en el Pleno por una mayoría de 15 votos de los 22 concejales presentes. Solo VOX votó en contra y el PP se abstuvo. En el pleno estuvo presente una representación de la familia de Luisa Carnés.
En palabras del alcalde, Ángel Viveros, esta es “una gran noticia porque, por una parte, continuamos demostrando que es preciso destacar el importantísimo papel que las mujeres han tenido, tienen y tendrán en la vida de este país; y por otra, porque es de justicia reconocer la labor de Luisa Carnés desde todos los puntos de vista”.
La concejala delegada de Cultura, Emi Escudero, en su intervención en el citado pleno aseguró que “poner el nombre de Luisa Carnés a la Biblioteca Central de Coslada es cumplir con los objetivos de dar un paso más para recuperar la memoria de las mujeres y la memoria democrática. En definitiva, recuperar una parte de nuestra cultura y nuestra historia. En concreto las de esa época, que pasaron al olvido tras la Guerra Civil y dictadura franquista”.
Biografía de Luisa Carnés
Luisa Carnés fue una de las principales y mejores novelistas y escritoras de la Generación del 27 pero que ha sido olvidada durante 70 años hasta que recientemente con la publicación de sus memorias y reedición de sus obras como “Tea Rooms” no se la ha vuelto a tener en cuenta.
Luisa Carnés (1905 Madrid-1964 México) fue además de una gran escritora y periodista, pionera en escribir sobre deportes, feminista incansable, defensora del sufragio femenino y de la educación como herramienta de emancipación para las mujeres, así como una luchadora por la democracia y los derechos de las mujeres, especialmente los de la clase obrera, ya que en sus libros trataba temas sociales y hablaba de las condiciones de vida y laborales de estas, puesto que Luisa lo vivió en primera persona. Nacida dentro de una familia humilde, ella también trabajó entre otras cosas como camarera en un salón de té, algo que refleja en su obra “Tea Rooms. Mujeres Obreras”.
A diferencia de muchas de sus compañeras de profesión coetáneas, Luisa no pudo acceder a una educación formal y fue autodidacta. Comienza a escribir a los dieciocho años y entre sus obras destacan “Tea Rooms”, “Rosalía” o “Trece cuentos”, que recientemente ha reeditado la editorial Hoja de Lata.
Como dato relevante sobre su obra, el año pasado Laila Ripoll estrenó una adaptación de “Tea Rooms” al teatro, con el mismo nombre, con un gran éxito entre el público y la crítica, y actualmente está nominada como mejor obra de teatro de los Premios de la Academia de las Artes Escénicas, los premios Talía.
Exiliada a México al final de la guerra civil, trabaja como periodista en prensa y radio además de colaborar con diversas publicaciones en España de las décadas 40 y 50. Fallece en accidente de automóvil, un ocho de marzo de 1964, tras una conferencia con motivo del Día de la Mujer en una fatídica casualidad.
Recientemente, la familia de Luisa Carnés ha recogido un documento de reconocimiento por parte del Gobierno de España en el I Acto del Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura. En este reconocimiento se explicita que “Luisa amaba profundamente a España, y su país la olvidó, fue desterrada y censurada durante 70 años, por ser mujer, por atreverse a pensar, a opinar, por defender la democracia y los derechos de las mujeres y este es un ejercicio de justicia”.
Con este nuevo nombre de la Biblioteca Central de Coslada se da un paso más para compensar el callejero y los nombres de los edificios públicos en la ciudad visibilizando a las mujeres.