Un año
más, la ciudad de Coslada se ha sumado a los actos de homenaje y recuerdo a
las víctimas de los atentados terroristas ocurridos el 11 de
marzo de 2004. En ellos fueron asesinados 21 vecinos y vecinas a
quienes, desde entonces, se rinde un sentido homenaje en el monumento En
la Espiral de la Templanza, instalado en la entrada del Recinto
Ferial del municipio.
El
homenaje ha consistido en la lectura de una declaración institucional y en un
sentido minuto de silencio al que ha seguido un aplauso por parte de los
asistentes. A continuación, se ha llevado a cabo una ofrenda floral en
la que han participado, además del alcalde, Ángel Viveros, y los
portavoces de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento,
vecinos y vecinas, así como familiares de algunas de las víctimas.
En la declaración institucional se ha recordado que “la barbarie
y el terror no tienen en ningún caso justificación posible y mucho menos en una
sociedad como la nuestra, en la que podemos, gracias al esfuerzo y la lucha de
muchas generaciones expresar nuestra diversidad por canales democráticos y al
día siguiente unir nuestras manos, como hoy es el caso, para recordar a las
víctimas “.
En el mismo sentido se ha apuntado que “nuestra lucha es la
lucha de la sociedad libre, justa, equilibrada heterogénea; nuestra lucha es la
lucha de una sociedad que vela por las víctimas y persigue a sus asesinos.
Nuestro deber no es otro que el de construir una sociedad libre y solidaria y
el de no permitir que ningún individuo o colectivo trunque la convivencia democrática”.
El escrito también ha subrayado que el dolor de las
víctimas del terrorismo “es nuestro dolor y su recuerdo es y tiene
que seguir siendo inquebrantable y fundamental para seguir luchando por la
defensa de la Libertad y el Estado de Derecho como marco esencial de la
convivencia de nuestra sociedad”.
La declaración termina con “el infinito
recuerdo a las víctimas del 11-M y a todas las víctimas de los actos
terroristas. Cuando ellos y ellas murieron, una parte de cada uno de nosotros y
nosotras murió también, pero a la vez fue entonces cuando cobramos un aliento y
una conciencia ensamblados con la fuerza de sus vidas. En su memoria, descansa
nuestra fuerza; en su recuerdo se basa nuestro entendimiento”.