A
lo largo de todo este verano, y en el marco de la situación que se vive desde
marzo a causa de la crisis sanitaria global, la Policía Local de Coslada ha
desarrollado un dispositivo específico centrado en el cumplimiento de las
normas fijadas por las autoridades competentes.
Una de las mayores preocupaciones,
debido a que supone la conculcación de algunas de las medidas destinadas a
prevenir la propagación del COVID-19, es la práctica de botellones que protagonizan algunos
jóvenes en determinadas zonas de la ciudad, en particular, los fines de semana.
De este modo, tras las semanas
estivales de intenso trabajo por parte de los agentes de la Policía Local con
un dispositivo de control propio, desde este fin de semana, también se suma la
Policía Nacional. La actuación de ambos cuerpos centrará su atención, además de
en el control de botellones, en el uso de mascarillas y la aglomeración de
personas.
El objetivo, tal y como describe el
alcalde de Coslada, Ángel Viveros, es “prevenir la comisión de
nuevas infracciones y, en su caso, denunciar a los responsables”.
Operativo preventivo
El operativo consistirá en el
control y chequeo de vehículos y personas sospechosas en determinadas zonas del
término municipal. Esto no significa que, aunque el dispositivo conjunto preste
especial atención a puntos como el Recinto Ferial, el Parque Salvador Allende o
la calle Constantino Cueva, se dejen de lado otros lugares de Coslada
susceptibles de reuniones de este tipo.
En
el mismo participarán un total de cuatro dotaciones de ambos cuerpos,
apoyados por el personal que desarrolle su labor desde las respectivas de
dependencias policiales y en coordinación con los servicios de emergencias.
“El principal
fin de este dispositivo es preventivo para que, esa parte de la juventud de
Coslada que se salta esta norma, también sea consciente de la situación por la
que atraviesa la Comunidad de Madrid. No cumplir con las normas en materia de
distanciamiento, salud, higiene, etc., significa convertirse en un potencial
contagiado y, lo que es más grave, contagiador dentro y fuera de su propia
familia y círculo de amistades”,
ha añadido Ángel Viveros.
Por ello, desde el Ayuntamiento se apela a
la responsabilidad de la que siempre ha hecho gala la ciudadanía cosladeña.
No obstante lo anterior, en caso de
olvidarse de las normas de convivencia y de respeto a los demás, esa parte
mínima de la ciudadanía que decida, por ejemplo, incumplir la prohibición de no
hacer botellón en la vía pública en una situación sanitaria como la actual debe
saber que, en caso de sanción, esta llega a los 600 euros.