El alcalde, Ángel Viveros, junto a Manuel Marín, concejal de Educación, Cultura, Participación y Cooperación, ha ofrecido hoy una rueda de prensa con representantes de la Asociación Basiri para dar la bienvenida a los participantes en el programa ‘Vacaciones en Paz’.
Junto a él han comparecido Azucena Barba, de Basiri; Abdullah Arabí, representante de la Delegación Saharaui en la Comunidad de Madrid, y Zubeik Zalek, una de las pequeñas que gracias a esta iniciativa, junto al resto de niños y niñas saharauis, pasa unas semanas de verano con familias de Coslada.
El programa Vacaciones en Paz ofrece a los niños y niñas saharauis la posibilidad de pasar el periodo estival acogidos por familias españolas. De esta manera, los pequeños evitan las altas temperaturas y las duras condiciones de vida de los campamentos de refugiados de Tindouf en Argelia, donde lleva 42 años exiliado el pueblo saharaui.
Los niños y niñas son sometidos a reconocimientos y tratamientos médicos, que resultan imposibles en los campamentos y se promociona un equilibrio alimenticio que les permita recuperar los niveles necesarios de nutrientes.
Además, la convivencia con la familia de acogida y su entorno permite sensibilizar a la población madrileña de las condiciones de la infancia saharaui a la vez que se crean vínculos familiares durante la acogida que perdurarán una vez regresan los niños y niñas (envío de alimentos y medicinas, visitas, etc.)
El alcalde de Coslada, Ángel Viveros, ha dado la bienvenida a los pequeños y ha declarado que «Coslada es una ciudad acogedora y solidaria, lo que se manifiesta en todas las acciones que se llevan a cabo para atender a sectores de población necesitados, ya sean refugiados o, como en este caso, las y los pequeños que forman parte del programa ‘Vacaciones en paz’. Quiero agradecer a las familias de acogida su solidaridad, entrega y compromiso inquebrantable«.
Por su parte Azucena Barba, de Basiri, ha remarcado «la aportación del Ayuntamiento de Coslada a un proyecto que resulta costoso pero que tiene unos objetivos humanitarios que sirven para paliar en cierta medida las duras condiciones de vida de un pueblo que lleva 42 años en el exilio por la intransigencia de Marruecos, y a la espera de un referéndum de autodeterminación que no llega».
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